Durante un reciente experimento, el hacktivista Avishai Efrat, de la empresa de seguridad cibernética WizCase, demostró que miles de cámaras personales en todo el mundo —entre ellas cámaras de seguridad domésticas o hasta monitores de bebé— corren el riesgo de ser hackeadas por ciberdelincuentes que pueden utilizar imágenes íntimas o comprometedoras para luego chantajear a la gente.
Naméstnikova declaró que el medio más eficaz contra un hackeo es un antivirus fiable y programas capaces de controlar el uso del micrófono y de bloquear el acceso no sancionado a la cámara web. Sin embargo, si se necesita una protección adicional, es posible tapar la cámara web con cinta adhesiva, aunque esto podría causar ciertas dificultades.
"No es un secreto que la cinta adhesiva deja residuos al quitarse y que daña la cámara, así que, si quieren tapar la webcam, traten de encontrar una pegatina especial que se puede mover fácilmente", explicó la experta.
Al mismo tiempo, subrayó que esta medida no es capaz de protegernos de un hackeo del micrófono, ni del espionaje durante el uso de la cámara.
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