En el siglo XX, varios países se deshicieron de sus familias reales: Alemania, Austria y Turquía en 1918, Italia en 1946, Etiopía y Grecia en 1974, y Nepal en 2008. Sin embargo, muchas otras se mantienen, con más o menos poder, en el trono.
Hoy, Sputnik te cuenta un poco más de algunas casas reales que no suelen ser blanco de atención de los medios mundiales.
Japón
Después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió conservar al emperador Hirohito en el Trono del Crisantemo con la esperanza de evitar que los comunistas tomaran el poder en el país nipón.
Akihito, quien tiene actualmente 86 años, abdicó en su hijo Naruhito, de 59 años. El problema, resuelto por ahora, volverá a surgir en la próxima generación, ya que Naruhito tiene solamente una hija: la princesa Toshi, de 18 años. En Japón, pueden convertirse en emperadores solamente los miembros varones en la línea de sucesión masculina.
Como sucesor del emperador actual queda su hermano menor, Fumihito —también conocido como príncipe heredero Akishino— de 53 años. Le sigue en la línea de sucesión su único hijo varón, Hisahito, quien tiene actualmente 13 años. Si, en el futuro, Hisahito no llega a tener hijos del sexo masculino, no queda nadie más que asuma el trono nipón.
Suecia
Al contrario de la familia imperial japonesa, la familia real sueca tiene un exceso de jóvenes miembros. Para evitar críticas y mantener el presupuesto anual de la realeza —cerca de 15 millones de dólares— bajo control, el rey Carlos Gustavo decidió el pasado octubre excluir a cinco de sus nietos de la Casa Real.
Tras la decisión del monarca, los niños dejaron de tener el estatus de Alteza Real y no estarán obligados a realizar funciones oficiales. Los infantes seguirán manteniendo los títulos de duques y duquesas, pero no tendrán acceso a los fondos públicos.
Los cambios se dirigieron tanto hacia Alejandro y Gabriel, hijos del príncipe Carlos Felipe y la princesa Sofía como a Leonor, Nicolás y Adriana, hijos de la princesa Madeleine y su esposo, Christopher O'Neill.
La princesa Estela y su hermano menor, el príncipe Oscar, son los únicos nietos del rey Carlos Gustavo que seguirán cumpliendo sus deberes reales, ya que son descendientes directos del trono sueco.
Dinamarca
La Casa de Glücksburg es encabezada por la reina Margarita II, de 79 años, quien ocupa el trono desde enero de 1972. Su reinado de 48 años es el segundo más largo en la historia de Dinamarca, superado solamente por Cristián IV, quien estuvo en el poder por seis décadas.
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Margarita II es una reina constitucional que ejerce tareas representativas y no toma parte en la política del país. En 2016, sin embargo, se involucró en una controversia, al expresar su opinión acerca de los migrantes durante una entrevista con el periodista Thomas Larsen para el libro The Deepest Roots.
"No es una ley de la naturaleza que uno se vuelva danés viviendo en Dinamarca. No necesariamente sucede. Los que vinieron del sudeste asiático generalmente han prosperado. Otros han tenido más dificultades para adaptarse, han tenido dificultades para encontrar su ritmo en Dinamarca", afirmó la reina en aquella ocasión.
El comentario de la monarca fue interpretado por muchos como una crítica a los migrantes musulmanes que, en 2016, sumaban alrededor de 200.000 personas y representaban casi la mitad de todos los residentes extranjeros no occidentales en Dinamarca.
Sin embargo, de acuerdo con el último gran sondeo llevado a cabo en el país, en 2014, el 82% por ciento de los daneses manifestó que estaba en contra de la idea de abolir la monarquía en el país.
Bélgica
La monarquía belga trata de mantenerse bastante neutral en un país dividido entre la población de habla neerlandesa y de habla francesa, una diversidad lingüística que a menudo lleva a graves conflictos políticos y culturales. El rey Felipe, quien por supuesto habla ambos idiomas, subió al trono en 2013 cuando su padre, el rey Alberto II, abdicó debido a la vejez.
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El rey Felipe fue considerado, en octubre de 2019, el monarca 'más pobre' de Europa. De acuerdo con Business Insider, su patrimonio fue estimado en unos 14 millones de dólares. La casa real cubre todos los gastos directos del rey Felipe, mientras que el Gobierno del país financia servicios de apoyo adicionales.
Las propiedades reales belgas pertenecen al Estado o al Royal Trust, una institución pública autónoma y financieramente independiente. Las propiedades del segundo nunca se pueden vender.
Países Bajos
Guillermo Alejandro es el rey neerlandés desde que su madre, la reina Beatriz, abdicó en 2013. Para una monarquía discreta y de función representativa, la familia real de los Países Bajos cuesta una suma significativa a los fondos públicos. De hecho, su presupuesto anual llegó a superar, incluso, a los de la monarquía británica.
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De acuerdo con un estudio de 2012, realizado por Herman Matthijs, profesor de ciencias administrativas y finanzas públicas en la Universidad de Gante (Bélgica), la Casa de Oranje-Nassau le cuesta a los contribuyentes del país unos 40,5 millones de dólares al año, más que cualquier otra familia real en Europa occidental aquel año.
Suazilandia
Mswati III es el sexagésimo séptimo hijo de Sobhuza II —que gobernó durante 82 años— y la Gran Elefanta Ntombi de Suazilandia. Actualmente está casado con más de una decena esposas, un número bastante 'modesto', si se lo compara con su padre, quien se casó con 125 mujeres durante su reinado, según los biógrafos oficiales.
En 2018, durante las celebraciones del cincuentenario de la independencia de Suazilandia, Mswati III, anunció que cambiaría el nombre del país por el de Reino de Esuatini. La decisión causó una ola de indignación en la sociedad que cree que el monarca debe centrarse más en problemas más importantes, como la débil economía del país. Suazilandia es la última monarquía absoluta en África, pero en los últimos años, las manifestaciones han ido en aumento, llamando a una transición a la democracia.