La ingesta excesiva de líquidos colabora en la disociación aumentada de las proteínas y en la eliminación, a través de la orina, de vitaminas y minerales esenciales que son vitales al cuerpo.
Beber agua en grandes cantidades puede, incluso, causar una sobrecarga de los sistemas cardiovascular y urinario, explicó Alla Pogozheva, médica del Centro Federal de Investigación de Nutrición, Biotecnología y Seguridad Alimentaria de Rusia, a RT.
Pogozheva puso de relieve que no es solo la cantidad de líquido lo que importa a la hora de saciar la sed. Bebidas con sabor ligeramente agrio, como el té verde, estimulan la salivación, reduciendo así la sed.
Aunque muchos jamás lo imaginaron, es posible intoxicarse con agua e incluso morir a causa de su consumo elevado. Para ello, sin embargo, es necesario ingerir más de siete litros de agua al día o superar la razón de 1,5 litros por hora. El cuadro clínico, conocido como hiperhidratación, suele estar relacionado con el uso de narcóticos, en particular, con el éxtasis, que causa sed excesiva.