El aplazamiento se produce en un contexto de mayores tensiones después de la violencia nocturna registrada desde el 14 de diciembre entre la Policía, manifestantes y grupos de seguidores de los movimientos chiíes Hizbulá y Amal, que atacaron los campamentos de los que protestaban.
Las protestas desembocaron en la dimisión del primer ministro libanés, Saad Hariri, el 29 de octubre, después de que ofreciera soluciones que los manifestantes rechazaron.
Las negociaciones entre los partidos que forman la coalición de Gobierno no han llegado a buen puerto, provocando la ira de los manifestantes.
Mientras, la situación socioeconómica se deteriora cada día en un país en que un tercio de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
"El presidente libanés, Michel Aoun, respondió al deseo del primer ministro Hariri de posponer las consultas parlamentarias hasta el jueves 19 de diciembre", anunció la presidencia libanesa en Twitter.
Estas consultas, previstas por la Constitución, se establecieron inicialmente para el 9 de diciembre, después de varias semanas de dilación que alimentaron la ira de la calle, antes de posponerse por una semana.
Una de las razones del aplazamiento sería la falta de unanimidad entre los principales bloques políticos sobre el retorno de Hariri como jefe del Gobierno, una opción que rechazada una gran parte de los manifestantes.
Hizbulá, que forma parte del Gobierno actual, ha rechazado repetidamente la idea de un gabinete compuesto exclusivamente por tecnócratas, que es lo que exige la multitud de personas en la calle.
Desean exclusivamente tecnócratas y personalidades independientes de los partidos tradicionales encabezados por líderes comunitarios, en un país donde oficialmente se reconocen 18 sectas.
Por su parte, el coordinador especial de las Naciones Unidas en el país, Jan Kubis, declaró que el continuo aplazamiento de las consultas parlamentarias en el Líbano podría afectar sobre todo a su pueblo.
"Otra vez aplazadas las consultas parlamentarias (...) dado el colapso económico, [eso] representa un riesgo grave tanto para los políticos como y aún más para el Líbano y su pueblo", escribió Kubis en su cuenta de Twitter.
Subrayó que el aplazamiento de las consultas "crea un terreno fértil para provocaciones y manipulación política".
El coordinador llamó a tomar las medidas correspondientes para impedir que el Líbano se deslice hacia "comportamiento más agresivo y conflictivo por parte de todos".
Protestas
El anuncio de la presidencia se produce después de una nueva tarde de violencia el 15 de diciembre cerca de la sede del Parlamento, en Beirut, entre la Policía y los manifestantes, en la que decenas de personas resultaron heridas.
El Ejército libanés lamentó el "caos generalizado" del día anterior, refiriéndose a "actos de vandalismo y ataques contra la propiedad pública y privada", en un comunicado.
El Ejército también señaló que este 16 de diciembre mantiene la situación bajo control, pero durante el pasado fin de semana las manifestaciones organizadas en el centro de Beirut perdieron el tradicional tono pacífico y alegre que ha caracterizado los dos meses de revuelta popular.
Las protestas se trasladaron luego cerca del Parlamento, donde varios grupos de personas se enfrentaron a las fuerzas de seguridad lanzando objetos y piedras a los agentes.
"Debido al caos generalizado en el centro de Beirut anoche, después de que algunas personas provocaran disturbios, atacaran propiedades públicas y privadas y arrojaran piedras y bombas de sonido a la Policía, varias unidades del Ejército libanés desplegadas en la zona apoyaron a la Policía para mantener la estabilidad y poner fin a estos ataques", señaló el Ejército en un comunicado.
Tras esta intervención, "la situación ha vuelto a la normalidad", aseguró la nota castrense.
La ministra de Interior en funciones, Raya Hasan, reconoció este 16 de diciembre en una entrevista con la revista Al Amn perteneciente a las Fuerzas de Seguridad Interna (FSI), que los agentes habían cometido "errores" durante los últimos dos meses, aunque siempre "respetaron su código de conducta".
Hasan indicó que las fuerzas libanesas "representan la protección de los derechos y libertades y garantizan la seguridad, el orden y el estado de derecho".
Desde el inicio del movimiento de protesta, el pasado 17 de octubre, las FSI han reaccionado "de manera excelente" con los manifestantes, aseguró la ministra.
Las protestas, según ella, han permitido a los libaneses "descubrir cómo funcionan estas fuerzas sobre el terreno".
Este código de conducta solo recomienda el uso de la fuerza y las armas cuando es absolutamente necesario.
Ya el 14 de diciembre por la noche, decenas de personas resultaron heridas en Beirut por gases lacrimógenos y balas de goma utilizados como método de dispersión por parte de las fuerzas de seguridad.
Las protestas fueron pacíficas y festivas durante muchos días, hasta que partidarios de Hizbulá y Amal, socios del Gobierno libanés, empezaron a atacar a los manifestantes.