La Policía boliviana dispersó esta protesta antigubernamental después de que los manifestantes intentarán por la fuerza ingresar a la plaza Murillo —donde se encuentra la Asamblea Legislativa y el Palacio de Gobierno— exigiendo la renuncia de Jeanine Áñez.
Los manifestantes protestaron con los ataúdes de las personas fallecidas durante un enfrentamiento que tuvo lugar el 20 de noviembre en la refinería de petróleo en Senkata (El Alto). Dicha refinería estaba resguardada por un operativo policial-militar cuyo objetivo era que se pudiera distribuir combustible para la ciudadanía de El Alto y La Paz, pues el bloqueo y cerco a la urbe agravó la escasez de combustible y alimentos.
Como resultado de estos enfrentamientos, varias personas perdieron la vida, lo que desembocó en la indignación de los manifestantes, que al día siguiente tomaron los ataúdes en sus hombros y marcharon hacia La Paz exigiendo la renuncia de la presidenta de facto de Bolivia.