Los agentes usaron gas lacrimógeno y aerosoles de pimienta para dispersar a los manifestantes que se congregaron frente a la estación del metro Príncipe Eduardo.
Desde el 9 de junio pasado, Hong Kong vive una oleada de protestas cuyo detonante fue un proyecto de ley que permitiría la entrega de prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y la China continental.
Los críticos de la normativa, engavetada pero no revocada del todo, temen la extradición de disidentes políticos a Pekín.
A raíz de las protestas no autorizadas del pasado fin de semana en Hong Kong fueron detenidas 159 personas, según los datos de la policía.
Se les sospecha posesión de explosivos y armas con el propósito de atacar, así como participación en reuniones ilegales.