Según los datos del medio, la embarcación Alan Kurdi encontró y rescató en aguas internacionales a los migrantes que intentaban cruzar el mar Mediterráneo a bordo de una lancha neumática.
El bote que era capaz de realizar maniobras y tenía suficiente combustible, carecía de comunicación por GPS u otros equipos de navegación, y tenía a bordo solo diez litros de agua potable.
Los propios migrantes afirmaron que se encontraban más de 12 horas en el mar, cuando los rescató el barco de Sea-Eye.
La ACNUR informa que uno de cada 45 #refugiados muere al intentar cruzar el Mediterráneo https://t.co/4k4n4YBCuG
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 2, 2019
El 2 de julio, un tribunal de la ciudad siciliana de Agrigento no convalidó la detención de la capitana del barco de la ONG Sea Watch 3, Carola Rackete, que salvó el pasado 12 de junio a más de 50 migrantes africanos en el Mediterráneo, se acercó al puerto italiano de Lampedusa y llevó dos semanas esperando una decisión de Roma sobre el futuro de las personas rescatadas.
Cuarenta personas se bajaron posteriormente del barco y se dirigieron al centro de acogida y primeros auxilios a los migrantes, mientras la capitana resultaba arrestada.
La noticia del arresto de Rackete fue celebrada por el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, quien cerró hace un año los puertos de su país para los migrantes y considera que la mujer atacó deliberadamente un bote patrullero.