La reunión, a la que asistieron altos jefes militares mexicanos responsables del control de la frontera sur, fue convocada "con el propósito de exponer las medidas que se llevarán a cabo para regular y ordenar el tránsito de personas en la frontera sur de México", informó la oficina del canciller Marcelo Ebrard en un comunicado.
En caso de que los migrantes no puedan acreditar su estancia legal en el territorio mexicano, "serán conducidos a las estaciones y estancias migratorias del INM, para iniciar el procedimiento administrativo respectivo", dijo el jefe militar.
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El comisionado federal del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, aseguró por su parte que en la implementación de esas medidas "se contempla una gestión transparente para evitar que funcionarios se coludan con traficantes de personas".
El propósito de las medidas es "ordenar su frontera sur, con el fin de avanzar de manera gradual, pero firme, hacia una frontera que sea punto de coincidencia, entendimiento y desarrollo", dijo la cancillería.
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Entre las medidas está el despliegue de la Guardia Nacional, nueva corporación comandada por militares, con 6.000 efectivos en la frontera sur y 15.000 más en la frontera norte.
De ese total de detenidos ha deportado a más 77.000, mientras estima que este año han ingresado unas 500.000 personas indocumentadas, informó el INM.
El promedio de detenciones en todo el territorio mexicano se elevó más del doble en un año, de 308 migrantes diarios en junio de 2018, a 771 diarios en el mes en curso.
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Un total de 28.352 migrantes, la mayoría provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, permanecen en territorio mexicano amparados en diferentes "procesos de regularización" de su estatus legal, agrega el INM.