Con el fin del periodo escolar, miles de niñas viajan a sus países de origen para visitar a la familia. Lo que se prepara como un acontecimiento se convierte en una pesadilla. En muchos casos, las niñas viajan solas y sus padres no sospechan siquiera que sus propios allegados puedan llevar a cabo un acto que les privará del placer sexual de por vida y que les dejará heridas físicas y psicológicas para siempre.
En Francia, donde algunas voces querían evitar una legislación específica por no querer "estigmatizar" a la población inmigrante, una ley de 2006 prohíbe y castiga este tipo de delito con penas que pueden acarrear de 10 a 30 años de prisión y multas de 150.000 euros.
Pero la amenaza no basta para frenar esta plaga y desde 2012 no ha habido nuevas condenas, a pesar del incremento del fenómeno. Es muy difícil para una niña denunciar a sus familiares y menos si la amputación se lleva a cabo fuera del país. Allí, el rito se convierte en una fiesta para la familia y los vecinos del poblado hasta finalizar con la acción de las "especialistas".
Un acto bárbaro con más de 27 siglos de historia, según los especialistas, con motivaciones que difieren de una cultura a otra pero con un objetivo común, según denuncia Marion Schaeffer, vicepresidenta de la red francesa 'Ablación, hablemos de ello': "destruir el órgano del placer para evitar a la mujer la posibilidad de mantener relaciones prematrimoniales y engañar a su futuro marido".
Francia: la República no protege
Un 'Gran Plan Nacional para combatir la ablación genital' acaba de lanzarse en Francia, precisamente antes de las vacaciones de verano, para intentar reducir el número de víctimas. La presentación de la iniciativa se hizo en la localidad de Seine Saint Denis, donde la población de origen extranjero es mayoritaria. El gobierno de París menciona a Senegal, Mali, Burkina Faso, Costa de Marfil o Guinea Conakri como los países de donde proceden las 60.000 mujeres censadas que han sufrido la ablación.
Tema relacionado: Más de 18.000 niñas podrían sufrir mutilación genital en España
Ese 'Gran Plan' hace hincapié en la prevención, la sensibilización y en la atención a las víctimas, que ya desde hace 15 años pueden recurrir a la cirugía reparadora con cargo a la sanidad pública. Marlene Schiappa, Secretaria de Estado para la igualdad entre mujeres y hombres y la lucha contra las discriminaciones ha señalado que ninguna tradición puede justificar que se torture a niñas, adolescentes o mujeres adultas. Bellas palabras que sirven para rellenar espacio informativo, pero que son de sobra conocidas e ignoradas por los seguidores de la amputación.
Una obligación para ISIS
La ablación de los órganos sexuales de la mujer puede ser también una obligación religioso-política, como demuestra que el autodenominado Estado Islámico (ISIS, prohibido en Rusia y otros países) ordenara mediante una fetua (ley islámica) la amputación del clítoris a todas las niñas y mujeres, de entre 11 y 46 años, de la ciudad iraquí de Mosul, que estuvo bajo su dominio durante tres años.
También: El camino de la vida y el olor de la muerte en Mosul
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK