"Ante todo, no fue respetada la inmunidad de nuestro personal contra la detención y el arresto", dijo el enviado de la ONU.
"Se trata de una cuestión que constituirá el componente esencial de la investigación que hemos iniciado", subrayó.
El funcionario de Naciones Unidas reconoció que se vio obligado a "pedir en varias ocasiones la liberación inmediata del personal de la ONU, así como exigir que se respeten sus derechos y su inmunidad".
Esa preocupación la comparte el secretario general adjunto de Asuntos Jurídicos de Naciones Unidas, Miguel de Serpa Soares.
"Resulta alarmante el hecho de que durante el arresto ambos funcionarios fueran golpeados y maltratados", recalcó.
Soares recordó además que durante la detención los empleados de la ONU "estaban cumpliendo la labor oficial de observación de las operaciones policiales en el norte de Kosovo".
Ese día se produjeron enfrentamientos entre los agentes policiales y serbios locales que se saldaron con varios heridos, incluidos tres policías, un periodista y dos empleados de la ONU, uno de ellos fue el ruso Mijaíl Krasnoschekov, que sufrió lesiones graves en la cabeza, el pómulo y una fractura de la mandíbula superior.
La Fiscalía de Kosovo insiste en retirar la inmunidad diplomática al funcionario ruso y llevar a cabo una investigación de sus acciones.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia que Belgrado no reconoce.
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Por el momento, la independencia de Kosovo ha sido reconocida por EEUU, Canadá y la mayoría de los miembros de la Unión Europea (UE), pero no goza del reconocimiento de Rusia, China, España, Irán, Israel o Grecia, entre otros países.