El documento final constata que en el segundo semestre de 2019 se registró la recuperación del crecimiento de la economía mundial pero también advierte que existen riesgos de desaceleración.
"El crecimiento de la economía mundial muestra indicios de estabilidad y apunta la tendencia al auge paulatino", señala la declaración.
En la declaración final también se expresa "temor por el grado de transparencia de las inversiones en las economías emergentes" y se resalta la importancia de hacer inversiones infraestructurales teniendo en cuenta las deudas contraídas por esos países.
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Atención especial se dedicó a la necesidad de endurecer la regulación de las empresas que trabajan en el terreno de las criptomonedas.
El G20 de Finanzas aseguró que continuará la labor dirigida a eliminar los riesgos financieros globales.
Otro aspecto recogido en la declaración final fue la importancia de la reacción a los cambios demográficos.
"Los cambios demográficos, incluido el envejecimiento de la población, crean problemas y al mismo tiempo abren posibilidades para todos los miembros del G20… [Esos cambios] exigen la adopción de medidas programáticas que abarcan la política tributaria, monetaria, financiera y estructural", dice el documento.
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Además se destaca la importancia de la lucha contra los riesgos financieros a causa de los desastres naturales.
Rusia estuvo representada en el foro por el viceministro de Finanzas Serguéi Storchak y la presidenta del Banco Central, Elvira Nabiúlina.