"Nos alegra mucho que el presidente de EEUU Donald Trump haya aplazado por otros seis meses la decisión de imponer tarifas [a las mercancías europeas], en fin de cuentas, no sabemos cómo terminará todo eso y qué pasará cuando terminen los seis meses, espero que no comience una guerra comercial", dijo Pellegrini.
"Esas tarifas, de ser aprobadas, reducirían nuestro intercambio comercial en unos 8.000 o 9.000 millones de dólares", destacó el político, agregando que saldrían perdiendo países como Alemania, Eslovaquia, la República Checa.
Pellegrini recordó que durante su visita a EEUU hace un mes sostuvo un encuentro con Trump y le explicó la repercusión nefasta de los aranceles que se pretenden aplicar a las mercancías europeas y los automóviles.
"Se trata de países que son aliados, amigos [de Washington], por eso no lo entendemos bien, ¿acaso los amigos hacen eso?", cuestionó el político.
El primer ministro aseguró que su país, por el contrario, está "tratando de no aumentar los aranceles" y pretende "reducir las tarifas a cero".
Anteriormente, a mediados de abril, el Consejo de la Unión Europea dio luz verde al comienzo de las negociaciones con Estados Unidos para abolir los aranceles a los bienes industriales.
La UE advirtió también que no concluirá esas negociaciones con el país norteamericano mientras el mismo mantenga vigentes sus aranceles al acero y al aluminio comunitarios.
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Además Bruselas aseguró que podría suspender ese diálogo de manera unilateral si Washington aprobara nuevas restricciones comerciales a los productos europeos.
Además Trump amenazó con imponer tasas del 20% a los automóviles de la UE.
La Comisión Europea recurrió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) ante las acciones de Washington y respondió con aranceles del 25% a las importaciones de algunos productos estadounidenses por valor de 2.800 millones de euros.
En julio de 2018, Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acordaron reducir los aranceles industriales y aumentar las exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) y soja a Europa.
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También se acordó resolver el problema relacionado con los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio, así como las tasas impuestas por Bruselas.