"Tenemos proyectos conjuntos para desarrollar aviones y helicópteros avanzados", indicó el director general de la compañía, Alexandr Mijéev.
Agregó que la cooperación abarca también la producción de componentes para equipos blindados y el mantenimiento postventa del armamento suministrado.
Indicó que gracias al diálogo entre el liderazgo político de los dos países y los contactos entre Rosoboronexport y los departamentos militares de Turquía, se logra rechazar la injerencia de terceros en la cooperación ruso-turca en materia de defensa.
Estados Unidos amenazó a Turquía con imponerle sanciones si adquiría los avanzados sistemas antiaéreos rusos S-400 y suspenderle la entrega de los cazas F-35.
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La Casa Blanca, que busca venderle a Turquía las baterías antiaéreas Patriot, alega que los equipos rusos son incompatibles con los estándares de la OTAN.
El S-400 (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
Con un alcance de hasta 400 kilómetros, el equipo ruso puede destruir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros.