Según el periódico, la gata, que no se da por vencida, se llama Mitzi, y no soporta ni a otros animales ni a los niños, por lo que está siendo más difícil de lo normal que encuentre a alguien que la quiera. Mitzi solía pesar unos siete kilos, pero después de pasar por una dieta estricta, pasó a pesar 'solo' cinco.
"Está un poco cansada de todo esto", dicen en el refugio. "Es como si el gato estuviese diciendo, 'genial, estoy de vuelta aquí'. Y creo que eso afecta a su moral, porque aquí no puede sentirse como en casa", dicen a DailyMail.
Según el periódico, el refugio admite que Mitzi es "una niña gruñona", pero espera que la situación cambie si la gata pierde peso y se mueve más.
"Comprendemos perfectamente que las circunstancias están cambiando y damos las gracias [a todos los antiguos propietarios de Mitzi] por los intentos de quedarse con el animal", añaden en el refugio, donde admiten que quieren mucho a Mitzi.