Sputnik repasa los regalos más extravagantes y polémicos que los líderes mundiales se han regalado unos a otros.
Animales exóticos… y no tan exóticos
Los seres vivos son más bien una excepción entre los obsequios que intercambian los mandatarios. De ahí que la prensa y la opinión pública muestren tanto fervor a la hora de seguir su destino.
Nikita Jruschov y John F. Kennedy mantenían una relación más o menos regular, a pesar de que sus países estuviesen al borde de la aniquilación nuclear, que alcanzó su auge durante la Crisis de los misiles. Uno de los regalos que el primer secretario soviético le hizo al presidente estadounidense fue la perrita Pushinka. Lo símbólico de este regalo era que su madre, Strelka, fue uno de los primeros seres vivos en llegar al espacio, incluso antes de Yuri Gagarin.
De esta manera, el líder soviético le recordó a su par estadounidense quién era el que lideraba la carrera espacial.
El amor por los animales del presidente ruso, Vladímir Putin, es tan bien conocido que con todos los que ha recibido como regalo podría inaugurarse un pequeño zoológico. Entre ellos se encuentran un caballo pura sangre árabe, un trotón de Orlov, un semental Akhal-Teke, ponis e incluso un tigre siberiano.
Pero los animales con los que más tiempo pasa el presidente ruso son los perros. El japonés de raza akita, regalado como símbolo de gratitud por la asistencia rusa a Japón después del tsunami de 2011; el labrador Koni, regalado por el ministro ruso de Defensa; el pastor búlgaro Baffi; el pastor de Asia Central Verni, son solo algunos de los canes que los líderes mundiales le han regalado a Putin.
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Entre los animales más exóticos, sin duda, se ubican los dragones de Komodo que el presidente indonesio Haji Suharto, obsequió a los estadounidenses Ronald Reagan y George Bush padre. Ambos depredadores, endémicos de Indonesia, no se quedaron en la Casa Blanca y fueron hospedadas en zoológicos estadounidenses.
Armas de verdad y réplicas históricas
Las armas personales de todo tipo son otros de los regalos más populares entre los mandatarios.
La primera visita que el presidente estadounidense Donald Trump realizó al exterior fue a Arabia Saudí. Poco después, se supo que el presidente obtuvo de manos de los saudíes un total de 83 obsequios, entre sables, navajas, municiones, dos capas de piel de guepardo y tigre y trajes árabes tradicionales, entre otros.
Pero el arma más extendida entre los líderes mundiales, podría ser la espada de Simón Bolívar. Las réplicas del sable del libertador suramericano son entregadas como condecoración a los mandatarios. Cada una tiene más de 300 piedras preciosas incrustadas, así como imágenes alusivas a una de las principales batallas que libraron los venezolanos durante la Guerra de Independencia, a comienzos del siglo XIX.
Entre los que se les obsequió este preciado artefacto están Cristina y Néstor Kirchner, Evo Morales, José Mujica, Mahmud Abás, Rafael Correa, Raúl Castro, Ricardo Lagos y Vladímir Putin.
Libros y películas
Las Cumbres de las Américas tienden a recordarse más por sus anécdotas que por sus decisiones. En la de 2009, celebrada en Trinidad y Tobago, Hugo Chávez, entonces presidente de Venezuela, aprovechó el saludo al recién entrante Barack Obama para regalarle un ejemplar de 'Las venas abiertas de América Latina', del escritor uruguayo Eduardo Galeano. El libro denuncia los abusos estadounidenses en Latinoamérica. La obra rápidamente volvió a ser un éxito de ventas en las librerías del continente.
Dos años más tarde, el propio Barack Obama, obsequió al primer ministro británico, Gordon Brown, 25 películas estadounidenses clásicas en DVD, como Ciudadano Kane y El Padrino, algo que la prensa británica interpretó como un gesto despectivo. Para colmo, los discos no eran compatibles con los reproductores británicos.
Entre los que más se destacaron en los últimos tiempos está el diputado español Pablo Iglesias, quien aprovechó la primera visita de su monarca a las instituciones europeas para, fuera de todo protocolo, entregarle una caja con la serie estadounidense Juego de Tronos. De esta manera, el líder de Podemos pretendía hacer paralelismos entre la serie de ficción más popular del mundo y la política española.