"Apuntalada por un sólido marco macroeconómico, la economía continúa sorteando las tensiones políticas internas y desafiando bien las condiciones externas. El crecimiento repuntaría moderadamente al 3,3% en 2019, conforme se revierta el deterioro de los términos de intercambio y se consoliden las señales positivas provenientes del impulso en sectores claves de la economía, el crédito, y la ejecución presupuestaria", dijo la jefa de la misión que visitó el país, Esther Pérez Ruiz.
La especialista aseveró que la inflación cerrará a finales de año por debajo del 4%.
Entre los riesgos externos que existen para Guatemala, señaló la desaceleración del crecimiento de los principales socios comerciales de la región, la implementación de políticas macroeconómicas insostenibles en algunas economías avanzadas y un aumento en las deportaciones de migrantes indocumentados desde Estados Unidos.
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"El reto a corto plazo para Guatemala está en asegurar la aceleración del crecimiento en 2019, en un contexto de elecciones generales y una mayor incertidumbre global", reflexionó Pérez Ruiz.
Además, consideró que el estímulo fiscal propuesto por el proyecto de presupuesto para 2019 "reforzaría los cimientos de la recuperación y representaría un primer paso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
Según el Banco Mundial, en los últimos años Guatemala ha tenido uno de los mejores desempeños económicos de América Latina, con una tasa de crecimiento por encima del 3% desde 2012 y que alcanzó el 4,1% en 2015.