En un comunicado difundido este 21 de septiembre, el PT celebró que Haddad, sucesor del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), defendiera que "hay que recuperar la confianza del pueblo, sobre todo del pueblo más pobre", y señalara que el pueblo es "parte de la solución y no el problema".
El candidato del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Geraldo Alckmin, lamentó la falta de autocrítica del PT tras los numerosos casos de corrupción y por "lanzar una candidatura en la puerta de la cárcel".
Haddad fue nombrado oficialmente candidato el pasado 11 de septiembre a las puertas de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba (sur), donde Lula está preso desde el mes de abril.
Al hablar de economía, el candidato del oficialista Movimiento Democrático de Brasil (MDB) y exministro de Economía de Temer, Henrique Meirelles, se enfrentó a Haddad al acusar al PT de haber "creado" la crisis económica durante el Gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016).
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Haddad le contestó diciendo que la ingratitud es uno de los mayores pecados en política, recordando que durante ochos años, en los mandatos del Gobierno Lula, él fue presidente del Banco Central de Brasil.
El candidato del PT también recibió críticas del otro principal nombre del centro-izquierda, Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista), que cuestionó sus propuestas de reforma del sistema tributario.
"¿Por qué razón el elector debería creer en esas propuestas en su posible gestión si su partido estuvo en el Gobierno 14 años y no las hizo?", inquirió.
Además de Haddad, Alckmin, Meirelles y Gomes participaron en el debate Marina Silva (Rede), Álvaro Dias (Podemos) y Guilherme Boulos (Partido Socialismo y Libertad).
Durante el debate, organizado por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, los candidatos respondieron a preguntas de varios líderes de la Iglesia Católica.
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