Según el Índice de Competitividad Global, la República Checa ocupa el puesto 77 en cuando a la desigualdad de género, quedándose detrás de Polonia, Ucrania y Rusia. Al mismo tiempo, en este país se llevan a cabo muchas acciones para promover la igualdad entre hombres y mujeres. Por ejemplo, recientemente se ha creado un servicio de taxis y vagones de tren exclusivamente para mujeres. Así que uno puede quedarse con una impresión bastante contradictoria en cuanto a la situación del movimiento feminista en la República Checa.
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Sin embargo, el experto subrayó que el nombre de la "locura feminista" tiene sus fundamentos. Se trata de que los extremistas partidarios del movimiento ocupen puestos clave en el Gobierno, en las universidades, en varios ministerios, etc. Como consecuencia, ellos interfieren en las vidas de los ciudadanos para crear una apariencia de estar llevando a cabo acciones feministas, y así poder pedir más dinero.
El experto también explicó por qué el movimiento feminista moderno se ha convertido "en una auténtica locura". Hampl apuntó que dicho movimiento no se ocupa de ningún problema en particular, señalando que es la Policía la que se ocupa de la violencia doméstica y que ya no existe tal cosa como las diferencias salariales.
"Cuando no hay problemas reales, no queda más que inventarse toda clase de temas y problemas absurdos", apuntó.
Esto significa que el único verdadero objetivo de las feministas es obtener subvenciones y crear artificialmente puestos de trabajo.
"La mayoría de las mujeres checas tienen una alta autoestima y son atractivas. Por otra parte, son las mujeres acomplejadas, las que se creen feas, las que son más propensas al movimiento feminista. Otro factor que contribuye al desarrollo del feminismo es un bajo cociente de inteligencia".