Netanyahu anunció la existencia del acuerdo a las 4 de la tarde del 2 de abril, y a las 22:45 dijo que lo mantenía en "suspenso".
El acuerdo con la agencia de la ONU para los refugiados preveía que ciertos países occidentales, como Canadá, Alemania o Italia, se harían cargo de 16.250 refugiados e Israel normalizaría la situación de un número similar dentro del país.
Sin embargo, el contencioso no ha terminado ahí puesto que varios políticos de la derecha dijeron hoy que no es suficiente la "suspensión" del acuerdo con las Naciones Unidas sino que es necesaria su "cancelación".
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El político más crítico con Netanyahu es Naftalí Bennett, ministro de Educación, quien insiste en que la suspensión del acuerdo no es suficiente y es preciso cancelarlo definitivamente.
"Es un acuerdo malo que de ser aprobado redundará en perjuicio de las generaciones futuras de judíos", dijo Bennett.