El pesquero Nord, que navegaba bajo bandera rusa en el mar de Azov con 10 tripulantes, todos ciudadanos rusos, fue capturado por la guardia fronteriza de Ucrania el pasado 25 de marzo y escoltado hasta el puerto ucraniano de Berdiansk.
"De las palabras de los abogados se desprende que tienen lugar acciones provocativas y hostiles por parte de los guardias fronterizos de Ucrania, al parecer, a los tripulantes los están obligando a declararse ciudadanos de Ucrania", indicó la compañía de Crimea.
Los marineros denunciaron días antes que sufren por la escasez de víveres, agua y combustible.
"A los servicios fronterizos les da igual cómo ellos se alimentan y el estado del barco, hubo llamadas a la ambulancia, pero se les brindó una atención mínima, y les fueron denegados los servicios de pago", denunciaron los propietarios de la nave.
La cooperativa pesquera antes declaró que el barco está arrestado ilegalmente y que las acciones de los guardias ucranianos ponen en peligro la vida y seguridad de los tripulantes.
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Los miembros de la tripulación no pueden abandonar la embarcación, ya que se les acusa de no tener documentos de identidad ucranianos, ni tampoco poseen permisos para salir a alta mar emitidos por el puerto de Berdiansk.
La semana pasada la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, exigió la liberación del pesquero.
En marzo de 2014, Crimea se convirtió en una región rusa, después del referéndum en el que el 96,77% de los votantes de la República de Crimea y el 95,6% de la población de la ciudad de Sebastopol votaron por la adhesión a Rusia.
El gobierno ruso ha declarado en repetidas ocasiones que los habitantes de Crimea, democráticamente y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, votaron a favor de la reunificación con Rusia.
Según el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el tema de Crimea "está cerrado definitivamente".