Este 21 de marzo investigadores en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria sugirieron este nuevo enfoque, que según avizora, podría ser más benigno que otras estrategias para detener el cambio climático, refiere la revista Science.
Allí reflejan la luz solar de vuelta al espacio, imitando la influencia de grandes erupciones volcánicas que han enfriado temporalmente el planeta en el pasado.
Tales propuestas a menudo implican sulfatos, partículas que se forman en la estratosfera a partir de dióxido de azufre expulsado por volcanes u otras moléculas con alta reflectividad, como polvo de diamante o alúmina (óxido de aluminio). Sin embargo, el dióxido de azufre podría consumir la capa de ozono o causar una lluvia ácida.
Así descubrieron que la sal común o de mesa es más reflectante que la alúmina, y también inofensiva para los humanos. También alegaron que cuando este condimento se muele en partículas bien pequeñas y se dispersa aleatoriamente, favorece la salida del el calor infrarrojo liberado por la Tierra y permite su enfriamiento.
La Universidad de Bristol en Reino Unido, también había investigado la sal común para un experimento de geoingeniería conocido como Proyecto de inyección de partículas estratosféricas para el clima, pero fue cancelado en 2012 por "algunos problemas", publicó Science.
Sin embargo, los norteamericanos esperan que esto no sea un inconveniente si se inyecta la sal en la troposfera superior, o sea, sobre las nubes pero debajo de la estratosfera. Además el estudio continuará para resolver algunas interrogantes antes del experimento sobre una región seleccionada.
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De todas formas, estas estrategias no sustituyen la acción para frenar las emisiones de carbono ya que ningún invento de geoingeniería evitaría que el aumento del dióxido de carbono acidifique los océanos. Por tanto, esta investigación sólo resolvería una cuestión a corto plazo.