El 24 de febrero entró en vigor la llamada ley de reintegración de Donbás, aprobada en enero por la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) y firmada por el presidente Poroshenko, que cataloga este territorio como "ocupado" y otorga al mandatario ucraniano el derecho de enviar Fuerzas Armadas a la región en tiempo de paz para asegurar la soberanía.
En una declaración publicada en su sitio web, el Ministerio de Exteriores constata que "el presidente de Ucrania ha sentenciado de un plumazo" los acuerdos de Minsk.
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El documento califica de emblemático que la entrada en vigor de la llamada ley de reintegración de Donbás coincida con "otro aniversario del golpe de Estado que los nacionalistas ucranianos dieron en febrero de 2014".
Para la Cancillería rusa, "la conclusión es obvia: el actual régimen en Kiev, que subió al poder como resultado de un golpe armado, no acepta otros métodos sino la violencia".
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) February 21, 2018
"Confiamos en que los supervisores occidentales de Kiev son conscientes de ello y aprovecharán su influencia para prevenir un escenario que sería fatal para el Estado ucraniano y acarrearía consecuencias impredecibles para la estabilidad y la seguridad en Europa", concluye la declaración.
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