En particular, los avicultores británicos afectados recibieron 250.000 libras esterlinas (180.000 dólares) porque sus gallinas habían resultado tan espantadas por las aeronaves en vuelo a baja altura que se pisotearon unas a otras hasta la muerte.
Las aves que sobrevivieron dejaron de poner huevos, lo que afectó las ganancias de los granjeros.
Según el periódico, parte de las indemnizaciones corresponde a las personas que sufrieron lesiones porque sus animales fueron asustados.
Por ejemplo, el ministerio pagó 83.125 libras esterlinas (unos 59.000 dólares) a un individuo que resultó herido en la cabeza tras caer de un caballo espantado por un helicóptero Chinook.