En un comunicado, el presidente del Sindicato de Policías Civiles de Río Grande do Norte (Sinpol), Nilton Arruda, aseguró que "en favor de la sociedad" decidieron dar un "voto de confianza" al Gobierno de ese estado, que prometió regularizar el pago de los sueldos de diciembre antes del 15 de enero.
A pesar de que los policías civiles vuelven al trabajo los policías militares (los que patrullan las calles y se encargan mantener la seguridad) siguen en huelga.
Estos revindican no sólo el pago de sus salarios, sino también la mejora de las condiciones de trabajo, ya que critican el mal estado de los coches patrulla, la falta de municiones o la escasa renovación de los chalecos antibalas.
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Desde que la Policía Militar de Río Grande do Norte no sale a la calle el estado registró un aumento de la violencia, lo que obligó a recurrir a un centenar de hombres de la Fuerza Nacional y 2.800 integrantes de las Fuerzas Armadas.
Aunque por ley los policías no pueden ir a la huelga lo cierto es que en los últimos meses se sucedieron movilizaciones similares en estados como Espírito Santo y Río de Janeiro (sureste).
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Los impulsores siempre evitan hablar de huelga para esquivar castigos penales y en este caso, por ejemplo, alegaban que no podían trabajar debido a la precaria infraestructura.